Bitácora sincopada. Una habitación llena de pensamientos y momentos.

Mi foto
Valencia, Vanuatu
Situación: 39º28´20.85¨N/ 0º23´.01.69¨O Lo que me apetece decir, ya lo expreso aquí, a ratos. A tiras, de un tirón, a trompicones, con inspiración diletante. Partes de mí, de las muchas, antes de que se deslicen entre mis dedos, como esa espuma.....guiño a B. Vian.

lunes, 3 de agosto de 2009

Paladear las palabras.



El libro se inicia con unas lineas prometedoras. Algunos aspirantes a esto de la escritura, venderían su alma por un comienzo para la eternidad. Siempre me gustó éste, de Nabokov:

"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.".

En cada relectura y de forma invariable, la punta de mi lengua recrea la invitación sellada en el nombre. Cuando un término me gusta, lo paladeo despacio hasta adquirir conciencia de su íntima arquitectura. He descubierto que la fonética tiene su propia seducción, en apariencia casual e inocente. Invito a mi amante a tomar al asalto el abecedario. Y degustarlo. Descubrimos las sugerencias de la "l", en lascivias, locuras, libidos, licantropías.....
El corazón, un poco más romántico a pesar de ser lunes, me recuerda que siempre renombramos a nuestros amores. Una manera de intimar con ellos, para que se queden en la memoria.
Qué cosas. Y ahora, invito a café.
Como gusten.

2 comentarios:

Carol Blenk dijo...

Me ha gustado lo de que "siempre renombramos a nuestros amores", es muy cierto pero nunca lo había pensado. Pasa lo mismo con los nombres propios: cuántas marías, irenes, cuántos albertos, ricardos, etc. pero si se trata de tu amor, del tuyo propio, su nombre destaca por encima del resto, a pesar de que haya cientos iguales.

Un saludo, Charm!

Anónimo dijo...

Se le escapa el alma envuelta en velos de grafito...
Y le confieso que me encanta el verbo que destila de su lápiz de lunas sin tiempo.

Siguen aceptando invitacines de mar y sal las marineras en tierra?

Ya sabe que mi balcón adora abrirle sus luces y cobijarla entre sus sombras de noches tibias...

Espumas que han llegado.