Bitácora sincopada. Una habitación llena de pensamientos y momentos.

Mi foto
Valencia, Vanuatu
Situación: 39º28´20.85¨N/ 0º23´.01.69¨O Lo que me apetece decir, ya lo expreso aquí, a ratos. A tiras, de un tirón, a trompicones, con inspiración diletante. Partes de mí, de las muchas, antes de que se deslicen entre mis dedos, como esa espuma.....guiño a B. Vian.

jueves, 20 de mayo de 2010

Sobre la nada.

He leido en algunos blogs sobre la dificultad de escribir, la página en blanco, la falta de ideas. He visitado espacios suspendidos en el tiempo, delimitados con fechas ya añejas. Me han gustado y he pensado en la persona que alimentaba ese rincón, otro tiempo activo. Lástima que lo haya abandonado, me digo. Esas líneas quedan flotando a expensas de un encuentro fortuito.
Vuelvo a mi pequeña guarida y la simplifico. Quiero que tenga protagonismo la escritura, las ideas que se van hilvanando y parecen querer tejer una red con otras voces. O quizá, algunos silencios. Todo es un ligero transitar, un rumiar de acontecimientos similares, aunque difieran vidas y actitudes.
Podría decirse que hoy no ha pasado nada. La habitación se ilumina con un cálido tono de tarde primaveral.  Silencio, apenas interrumpido por mi teclear. Unos pájaros canturrean  un diálogo alegre. Monotonía electrónica de alguna máquina, enfrascada en no se sabe qué reforma.  Todos los sonidos llegan tamizados por una cierta distancia; se me antojan una letanía dulce y sincopada.
Pienso en el amigo que hace unos días, señaló una copa de vino, unas aceitunas y al grupo congregado en esa improvisada tertulia. En su opinión, algo que merece la pena en la vida, es un momento así. Saber disfrutar de algo tan sencillo, es un regalo. Una inestimable disposición a vivir de verdad.
Entonces, me permito cerrar un momento los ojos y siento el sol sobre mi piel desnuda. Todavía no hace demasiado calor, y la epidermis reacciona gozosa a ese contacto. Los abro y me encuentro con los tuyos; ese instante nos lleva a sonreir, sin mediar palabra. No hace falta
Son muchos los detalles que mi memoria guarda cada día. Aquellos que quisiera compartir contigo y no me es posible. Los guardo en un equipaje; temo que de seguir así, tendré que convocar una caravana del desierto, para llevarlos a tu lado. 
No puedo imaginar la nada. Ni el vacio . Por mucho que me quede parada:  un gato se sacude la pereza , oigo como una madre llama a su hija. El vaivén del viento o una canción que me saca de este ensimismamiento. 

Un día más...qué suerte.



*fotografía de flickr con co. publicada en www.yvinos.com; de una selección.

3 comentarios:

unpoquitomas dijo...

Para ti,no existe "la nada", princesa.
Que suerte para todas las personas que de una u otra manera compartimos la vida contigo.
Eres un lujo.
Gracias.

Raquel dijo...

Me gusta mucho esta entrada.
Besos

Anónimo dijo...

bellísimo,plasmas las cosas de tal forma que uno puede imaginarselas muy cerca.
:-)

Espumas que han llegado.