Bitácora sincopada. Una habitación llena de pensamientos y momentos.

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Valencia, Vanuatu
Situación: 39º28´20.85¨N/ 0º23´.01.69¨O Lo que me apetece decir, ya lo expreso aquí, a ratos. A tiras, de un tirón, a trompicones, con inspiración diletante. Partes de mí, de las muchas, antes de que se deslicen entre mis dedos, como esa espuma.....guiño a B. Vian.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Consumar.

Frente a mi escritorio. Dos ideas me han venido a la cabeza, sobre las que quería escribir: haikus y una fotografía.
Sin embargo, he hecho una pausa de nicotina...y las ideas se han esfumado. Nunca mejor dicho. O tal vez, me las he fumado sin darme cuenta.
Si, tengo ese vicio nefando, absolutamente estéril. No me pondré ahora a disertar sobre adicciones varias, en absoluto. Aunque lo de vicios nefandos....remite a otras consideraciones de orden eclesial, reseñadas de tal forma. Vicio nefando por duplicado.
Estoy condenada al infierno; aunque bien mirado, tal vez sea mejor que hacer cola en el cielo.
Esta frase me la he tomado prestada, me gustó demasiado.
Allí en el Averno, debe hacer calorcito y de humos...sobrado.

Es curioso observar como fuma la gente; proporciona una información adicional, de lo más interesante. Es un acto mecánico, rutinario...y con ellos, se ceba el subconsciente.
Han personas que dan caladas cortas, nerviosas; no dejan de jugar con el cigarro entre los dedos.
Otras, dan caladas lentas y exhalan el humo con la lentitud de un buen suspiro; lo sujetan con delicadeza y firmeza. Hay quien te roba una calada y quien te roba un beso. O ambas cosas, si te descuidas. Quien no puede esperar en lugar alguno, sin encerderse uno...esos son los más inútiles. La espera no se reduce, tan sólo la sensación de hacer algo que la acompañe.

Se consume el cigarro igual que el tiempo. Pero, la nicotina acorta éste , esperando agazapada su turno de mal augurio.
Muchos cigarros se consumen en el olvido de cualquier cenicero; algunos con manchas de carmín delatoras. Las femme fatale del cine negro, siempre fumaban. Lo que las convertía en peores y mucho más deseables. Eran otros tiempos....otros glamoures ajenos a campañas sanitarias.
Hoy es preferible una vida sana y con mucho consumo, de otra clase, en espacios familiares que inviten a no pensar.

Consuma. Pero , conjugue el verbo "consumir" no "consumar".
A ver si se impone el segundo y uno-a comienza a vivir las tardes de los Sábados de una forma muy distinta.
Consume. El placer del doble sentido; calle con direcciones... varias.
Y el subjuntivo - mucho más personal y sutil, sin duda alguna- nos dá la diferencia.

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Espumas que han llegado.