
Anoche me ví envuelta en una conversación algo tensa. El tema en sí era polémico, pero eso es lo que menos importa. Creo que en el actual modo de intercambiar nuestras ideas, cuando se acaban los argumentos, se ataca a la persona. Es decir, importa demasiado el cómo se dicen las cosas....importan menos los contenidos. Lo "políticamente correcto" llevado al extremo. Así que, una acaba siendo una "radical" ...un etc conocido, que suele tener el mismo registro de calificativos. El desacuerdo está bajo sospecha - nada de antítesis al dogma, no vaya a ser que sea fecundo y abra perspectivas....-.
Así pues, debo pedir perdón por expresar mis ideas con cierta pasión o entusiasmo. Por tener una amplitud de vocabulario que me permita hallar matices. Perdón por sentir, por no tener miedo a equivocarme y la valentía de reconocer el error. Perdón por ser alguien en constante evolución, que no comulga con áquello que suponga límites a su desarrollo como persona. Perdón porque me importa poco que se esté en sintonía con lo que pienso.
Tengo un par de principios incuestionables. Uno de ellos es el respeto a lo ajeno, sin más, aún en el desacuerdo. Y poco más que no me cuestione.
Perdones....todos irónicos. Quede claro.
En una ocasión una persona me dijo que es inevitable "interpretar " lo que los demás dicen. Entonces...me pregunto la valía de mostrarnos al mundo, tal como somos, en este momento. Con nuestras contradicciones - lo que es tremendamente humano...-. En ese caso, piensen ustedes lo que quieran de mí. Así me ahorran el esfuerzo.
Para distorsiones, los retratos de Bacon, terribles , intensos, llenos de fuerza. No quiero arte, "politicamente correcto", que sea complaciente. Prefiero la agitación , hacia dentro.
En homenaje a Francis B. este retrato mío - ejercicio de ego- casual.
Lo que hace una ensaladera delante de una cámara.