Bitácora sincopada. Una habitación llena de pensamientos y momentos.

Mi foto
Valencia, Vanuatu
Situación: 39º28´20.85¨N/ 0º23´.01.69¨O Lo que me apetece decir, ya lo expreso aquí, a ratos. A tiras, de un tirón, a trompicones, con inspiración diletante. Partes de mí, de las muchas, antes de que se deslicen entre mis dedos, como esa espuma.....guiño a B. Vian.

jueves, 15 de enero de 2009

Estuve allí.....

Es 9 de Diciembre. Temprano en el aeropuerto de Barajas, Madrid.
Dispuesta a embarcar en un vuelo que me lleve a destinos más cálidos - en teoría-. Son las 9 y comienza a nevar de una forma inquietante.
Conozco un poco la nieve. Es una estampa que pertenece a los inviernos de mi infancia y juventud.
Por la forma de los copos y su pertinaz cadencia, sé que no tardará en cuajar. Lo vemos todos desde la enorme cristalera de la Terminal 2. Apenas es posible apreciar el horizonte....pronto, los aviones se cubren de ese manto blanco. Las pistas ofrecen un paisaje detenido, mudo, níveo......
Nula actividad.
Presagio de algo que no funciona; se avecina el caos de lo inesperado, días antes advertido. Esta es la gran paradoja....por qué no hacer caso de los avisos.
Retrasos, nula información...espera, desespera. Un ir de "aquí allá", desde la incertidumbre.
Acabar recostada o tirada sobre la maleta; buscando enchufes donde recargar el teléfono. No poder decir cuándo. Informaciones contradictorias; un sinfin de viajeros con la misma pregunta en la mirada. Pasan las horas y no pasa nada nuevo.
Acabas haciendo contactos efímeros con las mismas personas que llevas horas viendo, en ese deambular. Paciencia como único recurso.
Pequeñas anécdotas. Vivir la noticia desde dentro, como casual protagonista.
Al fín, tras 12 horas de retraso, todo parece activarse. Doy las gracias a una intervención ajena y despierta, que hace posible mi viaje esa noche.
Al llegar, pienso que pocas veces me he alegrado tanto de ver a una persona.

Dice Saramago- en la contraportada de su último libro- que siempre llegamos al lugar donde nos esperan. La frase es prestada.
Alegrías cotidianas, pequeñas alegrías fruto de un buen desenlace.
Expriencia vivida.
Es distinta la percepción, si formas parte del suceso.

No hay comentarios:

Espumas que han llegado.