Bitácora sincopada. Una habitación llena de pensamientos y momentos.

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Valencia, Vanuatu
Situación: 39º28´20.85¨N/ 0º23´.01.69¨O Lo que me apetece decir, ya lo expreso aquí, a ratos. A tiras, de un tirón, a trompicones, con inspiración diletante. Partes de mí, de las muchas, antes de que se deslicen entre mis dedos, como esa espuma.....guiño a B. Vian.

lunes, 6 de abril de 2009

Alma nudista.

Lo sospechaba. Tanto llenarme de azules - conforme se ve en el post anterior- que hoy me ha visitado la tristeza en forma de "saudade". Que yo no quería irme de allí. Cada vez que todo es mar, pienso que mi vida tiene una paleta de grises que disimulo, a veces con garbo. Pero, sin éxito real.
La primera vez que vi el mar - con tres o cuatro años- me dediqué a jugar sola, junto a la orilla.
De regreso, estuve llorando tres horas sin pausa, durante todo el trayecto . Me odiaron quienes compartían el coche. Tuve fiebre el resto del día.
Esta es anécdota familiar que me es recordada, en muchas ocasiones.
El mar es imán. Y aunque vivo en una ciudad costera, no lo veo. Por eso, cuando está frente a mí, pienso que debería verlo cada día. Soy marinera de tierra, que lo busca y anhela.
Me gusta lo que me hace sentir. Me desnuda de todo lo superfluo, de todo subterfugio.
Me libera de mí y me acerca, en un vaivén de olas interiores.
Es lo que hay. Esa visión de un infinito siempre en movimiento, es radicalmente sincera.
Le digo a mi querida amiga, que deberíamos tender nuestras almas al sol. Y si les da la brisa salada, mejor.
Definitivamente, debe ser cosa de la primavera.

2 comentarios:

Baronesa Rampante dijo...

Señora:
Está usted fatalmente. Mira que decir que vive en ciudad costera y no ve el mar... ¡solucionelo ya!
Me va a permitir, lo que a usted le pasa será saudade, será la primavera, pero se suaviza con unos buenos revolcones, en la arena.
Imagínese lo que es ser de interior. No le digo más que la primera vez que vi el mar tenía 12 años, rodeada de niñas en un campamento... No añado más que le vuelve en golpe de calor (eso que le pasó ¿no sería una insolación?). Un beso

Anónimo dijo...

No. La insolación llegó unos años más tarde, con la adolescencia.
Gracias por el beso. Lo cojo al vuelo.

Espumas que han llegado.