Bitácora sincopada. Una habitación llena de pensamientos y momentos.

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Valencia, Vanuatu
Situación: 39º28´20.85¨N/ 0º23´.01.69¨O Lo que me apetece decir, ya lo expreso aquí, a ratos. A tiras, de un tirón, a trompicones, con inspiración diletante. Partes de mí, de las muchas, antes de que se deslicen entre mis dedos, como esa espuma.....guiño a B. Vian.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Navidades chinas.


"Ya están aquí.......".
Suena a frase inquietante de película de terror. Por mucho que se repitan año tras año, no deja indiferente su llegada y todo lo que conlleva. Y cada año peor. Quizá, esta apreciación se deba al alejamiento de una recomendable inocencia, que lo haga todo más soportable.
Truman Capote decía que la infancia es territorio de la inocencia y del recuerdo.
La Navidad - Nadal- tiene para mí, la impronta de una serie de sensaciones, sobre todo olfativas. Huele a castañas asadas, a torrijas de domingo, a leña quemada...mis recuerdos son de niña de pueblo. Y la sensación de frio, mucho frio...de jugar a exhalar el aliento y dibujar formas en los cristales. De bufandas y guantes; de andar arropada hasta casi desaparecer. De nieve, en ocasiones, de salir a pasear por ese paisaje trasformado y sentir ese crujir bajo las botas.

Hace tiempo que ignoro las grandes superficies, la publicidad al uso. En el supermercado, llevo mi mp3 para escapar de la persistencia de villancicos repetidos hasta el agotamiento. Y la realidad pasa ante mí como un video-clip, con sus contrastes. Cada vez veo a más gente sin techo; a personas que llevan lo poco que tienen, encima. Su silueta se recorta en los semáforos, sobre la publicidad de Chanel.

Llama mi atención, ese punto barroco de las tiendas de todo a 1 euro. Donde todo cabe: de la fregona hasta montañas de espumillón barato. Falsos Papa Noel made in Taiwan. Un buda dorado.
La maquinaria del sistema...sigue su curso, en estas fechas con brillos falsos y derroche indecente. Por innecesario.
Lo pienso todo y creo que me quedaré con las pequeñas cosas, que hacen la vida más bonita.
Como el resto del año.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, soy Rudolph. Lo peor de la navidad es el dolor que se me pone en la espalda y que me dura hasta febrero. Todos los años cargando al viejo ese que cada día está más gordo.

Espumas que han llegado.